Cuando estoy contigo el tiempo se detiene, simplemente se me olvida todo al rededor, puedo pasar horas entre tus brazos, acariciando tu cabello y besando tus labios, tu rostro y sintiendo tu respiración en mi cuello.
Inundarte de besos y caricias es lo que me gusta hacer mas, sentir cómo vas deseando hacerme tuya y como tus besos van adquiriendo otro tono. Me encanta cuando me hablas al oído y pasa tu lengua en mi lóbulo (me derrites con eso) y cuando sientes que me estremezco te sonríes y me abrazas más fuerte. Sabes…si fuera el último día de mi vida me gustaría morirme así, entre tus brazos y sintiendo tu olor, embriagándome y sentirme intoxicada de ti, tan llena y plena. Me dejas tan satisfecha que por momentos siento que dejo de respirar y muero. 😀 de verdad.
Quedarme dormida abrazándote es casi automático, sentir tus besos en mis mejillas y pasar del relajamiento al sueño más profundo con tus suspiros.
Está mañana abrí los ojos y te mire, mucho tiempo. Te vi dormir y pensé que era muy afortunada por sentir esto que siento por ti. Me llena de amor solo mirarte, verte así con esa expresión de confianza y confort. Te despertaste y me sonreíste, con esa enorme y linda sonrisa (que me conquisto desde la primera vez que te vi). Oírte decir mi nombre y darme los buenos días. Que felicidad!! 🙂 me abrazaste y comenzaste a tocarme denuevo como la noche anterior. Me hiciste tuya de nuevo, y yo me deje, deje que hicieras de mi lo que quisieras, me rendí ante tus manos y tu boca. Sé muy bien que voy a pasar toda la semana acordándome de este encuentro, pero también sé que volveremos a repetirlo y que a pesar de ser ya casi 5 años, seguiremos sintiendo lo mismo que la primera vez que lo hicimos. Te amo Mr. F.
El diario de Jenny 